Había una vez un nieto que vivía en la casa de su abuela que tenía 201 habitaciones, el nieto podía entrar en las 200 existentes pero no en la última (la 201) la cual estaba cerrada con llave y la llave estaba en poder de la abuela. El nieto le pregunta: abuela que hay en esa habitación? ella le contesta: Nada, no te incumbe abrir la puerta. Al pasar el tiempo el nieto no puede imaginar que detrás de esa puerta hay un formidable tesoro. Al llegar a ser adulto en un arranque de locura mata a la abuela y busca la llave. Cuando abre la puerta se encuentra con la sorpresa que efectivamente no había nada, la habitación 201 estaba vacía. Desesperado por el acto absurdo que había cometido se suicida.
Este cuento muestra que la ausencia de algo es inquietante a la razón no es de extraña que esa ausencia sea la causa de la creación de un objeto por parte del sujeto para llenar ese vacio. Entonces la ausencia de Dios crea a Dios (objeto). Porque para la razón no puede existir un mundo sin Dios. Si existiera, el Dios real siempre será algo nouménico para la razón.
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