Una vez mi tío me contó una anécdota sobre un problema real que tuvo que resolver una vez, donde gracias a su capacidad de análisis lógico, la pudo resolver. En una ciudad de la provincia de Buenos Aires, Oncativo creo, se instaló hace mucho tiempo un silo para el desarrollo de las semillas de Monsanto. Cuando estuvo instalada, sin hacer pruebas previas se ubicó los granos en los silos. Pero he de aquí que como toda tecnología llave en mano, cuando falla no se sabe los motivos. Bueno los quemadores no funcionaban, si el aire no era secado el espeler de grano podría fermentar en menos de 4 horas y comenzar una combustión espontánea. La empresa que instaló el silo tenía un ingeniero japones que había supervisado la instalación, cuando es llamado para que repare a la brevedad el asunto, este extra no tenido en cuenta en la garantía le iba a costar al dueño de los silos 300000 u$. Ante la urgencia el dueño del silo acepta, he de aquí que el japones coloca una lona para que nadie pudiera ver que hacía, a la hora le dice al dueño que no tenía idea de porque fallaba, y que debía vaciar los silos. Como ya había hecho un contrato con Monsanto, si hacía esto podía perder como 20 millones de u$. A todo esto el dueño decide llamar a mi tío, ya que lo conoció de una series de changas que le hizo, y lo mandó a buscar en remise. Cuando llega mi tío a la zona de silos, ve el caos del lugar. Entonces le dice al dueño de los silos que va hacer todo lo que pudiera. Lo primero que hace es eliminar el sistema de control automático y accionar los quemadores a mano. Sorpresa esta que los quemadores andaban, y los coloca al mínimo. Luego comienza de manera escalonada a reconectar el sistema de control hasta que en un paso se apagan de golpe, estudiando el módulo que fallaba encuentra que el problema era un micro relai que no funcionaba. Luego de cambiarlo, el sistema de secado de granos empezó a funcionar de maravillas. La historia triste es que a diferencia del japonés el dueño le pagó tan solo 500 u$ por el trabjo, valor que en la década de los noventa no era mucha plata.
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