No hay más maestro que el enemigo.
Sólo el enemigo te enseña tus puntos débiles.
Sólo el enemigo te enseña tus puntos fuertes.
Tras el fallecimiento del Ing. Sesma que ocurrió el sábado 26, no pude mas que reflexionar sobre su relación que tuve con él, cuando fui auxiliar de primera en la cátedra de electromagnetismo de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario desde 1987 hasta 1991, y con un fugaz retorno en 1996. Mi relación con Sesma fue pésima y hasta llegué a odiarle, no solo era tirano con los alumnos, sino que también lo era mucho mas con los auxiliares, era el típico dictador con aliados, aliados dentro de la cátedra (El Ing. Rotoloni y la Ing. Bellagamba) y fuera de la cátedra. Creo que de todos los que no encajaban con él, yo fui el que más duró en la cátedra.
Pero como la vida no es un estado maniqueo de blanco y negro sino un matices de grises, Sesma supo enseñar lo que es organizar una cátedra, lo que es ser disciplinado. Le dio verdadero valor a las reuniones de cátedra, como auxiliar uno estaba obligado a tomar unos mini cursos de electromagnetismo para así no solo refrescar conceptos, sino para normalizar el lenguaje ante los alumnos. Fue un avanzado en diluir la diferencia entre teoría y práctica. Como dijo Andrew Wiggin "No hay más maestro que el enemigo", y él como enemigo me supo enseñar muchas cosas.
2 comentarios:
Lamento el fallecimiento del ing. Sesma, la verdad mi experiencia como alumno con él fue bastante buena, aprendí una materia complicada como electromagnetismo en forma clara y en el momento de rendir fue muy justo al evaluarme.
Lamento disentir con ex compañeros.
Rendi bien teoria electromagnetica con Sesma en mi 1er intento, pero era un pésimo profesor.
Por un lado era más matematico que ingeniero y esa etapa de la facultad debia quedar atras.
Era el único que tomaba 2 practicas y 1 teoría. Su materia SE CONVERTIA EN EL CUELLO DE BOTELLA DE MUCHOS ESTUDIANTES.
Don Felix que descanse pero somos muchos lo que no pensamos que fue un buen docente.
Mario Merlo
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