jueves, diciembre 12, 2013

Piquetes y falta de valores, una deuda de nuestra democracia



El 10/12/2013 se cumplieron 30 años desde que Raul Alfonsín asumió como presidente de la República Argentina, luego del último y mas cruento gobierno de facto.
Más allá de los logros obtenidos sobre derechos de las personas, la democracia aduce de un grave defecto. Este defecto está bien planteado en el libro Diálogo en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu de Maurice Joly. La democracia mal administrada genera tarde o temprano: absolutismo, ignorancia e injusticia. Esto ocurre cuando el pueblo elije una secuencia de malos gobernantes que deviene en el partido único. Este partido único genera el arquetipo social de ser la única alternativa viable dejando cualquier oposición débil e inoperante. Esto no es un mal del presente como está ocurriendo en Argentina o Venezuela, ya ocurrió en el pasado con el PRI en México, el Nacionalsocialismo en Alemania, el Fachismo en Italia, etc. Todos sistemas de gobiernos elegidos por el pueblo. No tengo en cuenta el comunismo, ya que este llegó al gobierno por el poder de las armas como ocurrió en Rusia o China.
Pero hay algo que diferencia a los totalitarismos democráticos latino-americanos, como una firma que los identifica, la pérdida de la escuela como institución. Desde 1983 hasta la fecha hubo un constante minar de la escuela como institución de educación de ciudadanos. Y lo mas grave en la actualidad en Argentina se invirtió por 10 años el mayor presupuesto educativo de la historia, sin embargo es una falacia que con plata se arregla todo, como bien lo señaló la pruebas PISA. De nada sirve tener el mejor presupuesto educativo si más del 40% de los ingresantes a la secundaria abandonan, y los estudiantes de primer año de las carreras de ingeniería y licenciatura ven al castellano formal como si fuese un idioma extranjero. Si los docentes temen educar ante la represalia de padres y alumnos.
A la larga esta sociedad se embrutece y acepta el razonamiento mágico como una alternativa de verdad. ese razonamiento mágico favorece al partido único de turno elegido por la misma sociedad embrutecida con falsas políticas educativas donde la escuela ha dejado de ser un paradigma importante. Sociedad que es incapaz entender la tecnología que compra y consume, incapaz de evolucionar. Donde la clase política se vuelve más adinerada a costa de la fe de un pueblo que la vota. Lejos están lo ideales de la moral teórica que es una clase política con vocación de servicio.. , como lo es.. , en cualquier país democrático.

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