Desde hace más de 6 años que vengo observado, como docente de 4º año de la Licenciatura en Física de la Universidad Nacional de Rosario, una chatura intelectual en los alumnos que no ocurría hace 10 años atrás cuando docentes como Pedro Lewis y otros inspiraban a los nuevos ingresantes a urgar en la ciencia física. La interacción de estos ha evitado la inmigración de buenos alumnos al instituto Balseiro aún cuando el examen de ingreso al mismo se toma en la UNR.
Pero tras la muerte de Pedro Lewis y la jubilación de otros buenos docentes, los cargo fueron reemplazados por una nuevo generación de docentes jóvenes y ambiciosos que torcieron la larga historia de sus viejos profesores, ahora ninguno de ellos sigue esa línea, sino que como docentes del ciclo básico se empeñan en crear idiotas útiles para satisfacer la necesidades de los grandes grupos vernáculos de investigación. Pero no tuvieron en cuenta que bajo ese punto de vista: el balseiro es el lugar donde más se necesita calificados idiotas útiles para mantener la excelencia de la institución. Tras lo cual bajo el contexto actual Rosario es una excelente fuente de recursos, dejando las sobras para que terminen la carrera en Rosario. Si bien estas sobras son incapaces de competir con la nueva generación de jefes vernáculos de grupo de investigación, esta aparente calma va en desmedro del nivel de los egresados en la carrera, así como de los futuros doctorados. Todo esto a largo pazo causa el desprestigio de la carrera de licenciado en física. Con el tiempo ninguno de los sobrantes podrá seguir el legado de los nuevos jefes de grupo cuando estos dejen su puesto.
En una conversación con un directivo saliente de la carrera, este me ha justificado de manera disparatada que lo que ocurre se debe a tres motivos. Uno es la hipótesis conspirativa del fondo monetario internacional que boga en desmedro de la enseñanza en Rosario, otro es que el instituto Balseiro es un gran drenador de buenos alumnos, y por último que la cantidad de licenciados recibidos por años está acorde a la estadística. No hay nada mejor que usar las estadísticas para justificar una barbaridad. Cuando le comento que el licenciatura en ciencias de la computación de la UNR, en la cual también soy docente, no veo esa chatura intelectual sino por el contrario un gran entusiasmo que me hacía recordar mis épocas como alumno, este volvió a justificar todo diciendo: en computación no hay un balseiro. Toda una gigantesca falacia hecha para justificar el status quo actual. Cuando yo era estudiante también existía el balseiro, así como hace 10 años atrás cuando esta chatura intelectual no existía, sino que existían buenos profesores que no se preocupaban en satisfacer las necesidades en recursos humanos de los grandes grupos, ellos se preocupaban en formar buenos investigadores y que esto se quedaran en Rosario.