martes, junio 02, 2015

Esa mala costumbre de profundizar la grieta del sexismo



En los últimos días está en boga la difusión de noticias relacionadas con femicidios o con diversos hechos de violencia contra las mujeres.

El problema de esta iniciativa, es que, al igual de muchas otras, se generan y difunden desde lo sentimental y no desde lo racional, desde el corazón y no desde la cabeza.  Y esto, se vuelve en contra de los loables objetivos de la campaña, generando paradójicamente más discriminación. 

Cuando se piensa o legisla discriminando por sexo, se está confirmando que se considera distinto en capacidad a un hombre de una mujer, el hecho de justificar este tratamiento diferencial con el argumento de que debemos colocar a la mujer en un estado de igualdad con el hombre, es una confesión implícita de un asumido preconcepto de inferioridad por parte del propio defensor.
 
Las leyes y las reglas de la sociedad deben ser iguales para todos, sin importar género, raza, religión o color político.  La igualdad de derecho implica ver al otro como un ser humano, así de simple y así de completo.

Si queremos terminar con las discriminaciones absurdas (como la de género), debemos tratar a todos por igual, para bien o para mal.  No pueden haber algunos con privilegios mientras que otros soportan todas las cargas solo por no estar acomodado ó por el motivo que fuese.
 
La discriminación debe ser entre el culpable y la víctima, entre el que actúa bien y el que actúa mal, entre el que respeta al otro y el que no, este es el camino de la vida en armonía.

Fuente: Tribuna de Periodistas


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