En estos días de mucho tiempo libre, es inevitable tener ratos filosóficos y existencialistas sobre la existencia de lo divino. En este sentido me gusta partir de tres frases emblemáticas:
- Dios es un chico que mira a la humanidad como hormigas.
- Si ayudas demasiado dependerán de ti, si no intervienes perderán la fe en ti. Si haces algo, hazlo de manera que no se den cuenta que tu lo hiciste.
- Tu insignificante criatura que derecho tiene la creación de cuestionar la obra de su creador.
Todas relacionadas entre si a pesar de provenir de corrientes teológicas diferentes. La última proviene del judaísmo, cuando un humano cuestionaba abiertamente al creador sobre por qué hay sufrimiento, por qué hay gente mala, etc?. Él creador le contesta con la autoridad de un ser superior con mente infantil que ve a los humanos como hormigas. Por otro lado es lo suficientemente inteligente como para hacer un universo con leyes propias y autónomas de manera tal que solo Él interviene en el camino de las hormigas cuando estas pierden la fe en Él. Por supuesto siempre deja ese gusto o duda sobre si lo ocurrido, fue un fenómeno natural o una intervención divina?
Él ve nuestra efímera existencia como evoluciona, e intervino en un momento de nuestra historia con una efímera creada artificialmente que enseñó sobre la vida eterna, el alma y otras cosas. Para el arquitecto del universo lo bueno y lo malo son obras de su propia creación.
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