Todo pasa y todo vuelve
lo que hoy me hagas a mi
mañana te lo haran a ti
En un país donde se acostumbra espiar sus males en fantásticos enemigos extranjeros como parte de un relato épico, no es de extrañar que se cree el relato épico de "mejorar las condiciones académicas" como escusa para excluir a personas que ellos consideran indeseables. Al mejor estilo de la novela Sin-City, esta policía de la ciencia tiene derecho sin miramientos de modificar sin consultar los reglamentos vigentes y armarlos a sus conveniencia para siempre salir ganando. La falta de moral es una constante en estas reconocidas personas del mundo científico internacional. Su habitad en general son puestos de poder en los institutos de ciencia de la Argentina, en consejos directivos, o en comisiones de RRHH. La mayoría proviene de falsos jóvenes idealistas que mientras eran estudiantes, se quejaban por la falta de progreso, pero cuando se acomodaron en un puesto de poder se encargaron de cortar la cabeza a cualquiera que les pueda hacer sombra. Esto sucedió y sucede actualemente en Rosario, Argentina, en varios institutos de la Science Sin-City (en alusión al comic sin-city) que se encuentra en los bajos de la calle 27 de Febrero. La vieja generación siempre pensó en la integración pero lamentablemente por ellos es que ahora la nueva generación que toma el poder es elitista y temerosa de la competencia. Competencia que le puede hacer algunos colegas que están siendo excluidos de pertenecer a los institutos en la Science Sin-City por parte de esta élite de auto-proclamados "investigadores de primer nivel". Todo esto crear un grupo de gente resentida con la injusticia de esta élite. Tal vez cabe recordar que su cómoda posición, a diferencia de lo que era con la vieja generación, es menos estable. Pues Science Sin-City se creo en base a arreglos políticos de un gobierno populista, donde ellos pueden dejar de estar tan cómodos si cambia el color político del gobierno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario