martes, octubre 11, 2011

En una nueva forma de machismo que es el travestismo, la mujer pide tener derechos.


Si los 90's con Carlos Menem fue caracterizado por la corrupción avalada por una sociedad que vivía una burbuja financiera de bienestar económico. En este nuevo siglo, el Kishnerismo y su secuela el Critinismo o mejor dicho Cretinismo, esta caracterizada por la amoralidad y la antiética, también avalada por el 50% de la sociedad que vive en la burbuja económica. Parecería ser que en la Argentina, mientras la economía ande bien el movimiento peronista (ya que nunca maduró a partido político) como único referente político destructor de la oposición, al mejor estilo de lo que fuera el PRI en Mejico, se permite una sarta de leyes incoherentes cuyo único fin es la represión y la censura del que piensa distinto so pretexto de la igualdad social. El INADI y el FALGBT, que en su creación tuvieron un fin noble, ahora son otros instrumentos para callar al que piensa distinto acogiendo absurdas denuncias  de los amigos del poder y haciendo la vista gorda cuando a este le conviene.  En la época de Perón el que pensaba distinto era considerado "gorila", hoy es llamado "facho". Pero estos periodistas y canales amigos cazadores de fachos hacen caso omiso a lo que una vez supo reflexionar Nietzche: "Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti". Ellos se están transformado en los nuevos monstruos represores de ideas. En esta Argentina partida en dos, un interior que tiene una moral totalmente distinta a la moral porteña y del gran Buenos Aires, un interior donde el voto se consigue por el asistencialismo para conformar a los caudillos políticos beneficiados con el gobierno central. En todo este contexto necesario de saber para entender el porqué esa argentina del interior vota algo que no comparte, el travestismo, (si el hombre que nunca renuncia a ser hombre con una operación, pero, se mimetiza como mujer), se está transformando en un nuevo tipo de machismo al mejor estilo de la Grecia antigua, donde el hombre alababa al hombre en desmedro de la mujer biológica. El ejemplo emblemático es Florencia de la V (Roberto Carlos Trinidad, gracias Google que todavía no fue censurado), donde en su apología de la maternidad de hecho,  a desplazado so escusa de la igualdad de las minorías al rol de la la mujer biológica como madre, donde esa mayoría silenciosa de mujeres que están en desacuerdo callan aplastadas por los modernos formadores de opinión oficialistas cazadores de fachos y fachas, donde ellos se encargan e ridiculizar en programas como RSM, 678, Intrusos, Duro de Domar, etc, a la mujer que quiera revalorizar su postura de mujer biológica. 
Un ejemplo emblemático de esta represión ocurrió en un debate sobre el tratamiento de la futura ley de identidad sexual impulsada por la versión oficialista, donde la periodista Gisella Marziotta intentó revindicar a la mujer biológica en su rol de madre. Como una respuesta automática al día siguiente hubo programas de chimento y de editado de vídeo que la ridiculizaron, la tildaron de "facha", retrasada mental, etc. Antaño cuando Domingo Cavallo mandó a lavar los platos a los investigadores de CONICET hubo una tenue queja, pero como la economía andaba bien solo se sintió el simbronazo en los ámibtos académicos. Hoy al igual que ayer la pata oficialista de investigadores se encarga de acallar a los que piensan diferente con artilugios muy parecidos a los usados por estos programas que ridiculizaron la imagen de quien pensaba distinto y lo hizo público. Ahora falta que denuncien a Marziotta al INADI por discriminación y ya se completó maquinaria represora de los "buenos" contra los "malos que piensan diferente".
Este nuevo machismo disfrazado de mimetizados femeninos que buscan sustituir el rol de la mujer biológica, y que solo tienen importancia en la Argentina porteña, en cierta medida es culpa de las mismas mujeres que abusaron públicamente de su rol de mujer, se ponen en víctimas ante la divulgación pública de sus miserias para desprestigiar a sus parejas ante los medios de comunicación. Mujeres voluptuosas que nunca reconocerán su error en la elección en post de sacarle el mayor dinero posible a sus ex-parejas y condenando a estos a ser mantenedores de una prole que ellas no le dejarán ver con una orden de exclusión. No es de extrañar que ante la desvalorización de lo masculino este se pervierta en un travestismo que es alimentado por el silencio de quienes perjudican.

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