El chisme, o bien conocido en inglés como gadget, es un arma social tanto o más poderosa que una pandemia de gripe española. El chisme ha sido por siempre un problema social y quien no haya pasado por él directa o indirectamente, tal vez no haya tenido contacto con la realidad. Que se sepa, es un mal que ingresó a los anales de la historia humana, seguramente apenas hubieron suficientes seres en este mundo, como para formar una comunidad. Todos sabemos qué es el chisme, no aporta una visión objetiva y práctica más allá de lo que puede saber sobre el chisme cualquier persona. Los efectos del chisme son múltiples: La persona de la que se chismorrea va a tener una reputación negativa y posiblemente cargue con la mala reputación hasta el final de su vida. Sin embargo, los efectos que tiene el chisme sobre la persona que chismorrea y la persona que escucha el chisme son mucho peores.
En las épocas en que los medios masivos y globalizados de comunicación (Roma antigua), existían las comadres de barrio, eran las encargadas de propagar las novedades en el vecindario, en una especie de globalización vecinal; y con ese criterio, hurgaban en todo lugar para enterarse de las costumbres de cada quien, para luego en un alarde narrativo, contar cada historia, en forma novelesca, aumentada o distorsionada las novedades de sus vecinos. Muchas veces, la comadre, parecía conocer las debilidades de su interlocutor y la historia, se la contaba con un argumento apropiado a lo que éste quería escuchar. Inconscientemente, la comadre se consideraba psicóloga por naturaleza, con gran conocimiento de la conducta humana, lo malo es que generalmente el "chisme", lo que hacía y hace es lapidar al acusado; ya que la
"comadre", casi nunca descubre virtudes en sus análisis, sino defectos. Como la comadre es creíble para los escuchas sus chismes puede más que cualquier hecho que se pudiera presentar a favor del acusado.
En la actualidad esta actitud no ha cambiado mucho, sino que se ha sofisticado con el aporte de la tecnología. Ahora no es cosa de mujeres, sino de hombres, falsos amigos, compañeros de trabajo, etc. Pero para que un chisme cree una estigma en la persona que afecta debe haber condiciones propicias. Por ejemplo, al conductor Pipo Mansera se le hizo fama de mufa, cuando esta mala fama se le hace caso omiso (no se le da importancia) crece a tal punto que hasta el momento de su muerto no volvió a conseguir trabajo.
Para pensar:
En las épocas en que los medios masivos y globalizados de comunicación (Roma antigua), existían las comadres de barrio, eran las encargadas de propagar las novedades en el vecindario, en una especie de globalización vecinal; y con ese criterio, hurgaban en todo lugar para enterarse de las costumbres de cada quien, para luego en un alarde narrativo, contar cada historia, en forma novelesca, aumentada o distorsionada las novedades de sus vecinos. Muchas veces, la comadre, parecía conocer las debilidades de su interlocutor y la historia, se la contaba con un argumento apropiado a lo que éste quería escuchar. Inconscientemente, la comadre se consideraba psicóloga por naturaleza, con gran conocimiento de la conducta humana, lo malo es que generalmente el "chisme", lo que hacía y hace es lapidar al acusado; ya que la
"comadre", casi nunca descubre virtudes en sus análisis, sino defectos. Como la comadre es creíble para los escuchas sus chismes puede más que cualquier hecho que se pudiera presentar a favor del acusado.
En la actualidad esta actitud no ha cambiado mucho, sino que se ha sofisticado con el aporte de la tecnología. Ahora no es cosa de mujeres, sino de hombres, falsos amigos, compañeros de trabajo, etc. Pero para que un chisme cree una estigma en la persona que afecta debe haber condiciones propicias. Por ejemplo, al conductor Pipo Mansera se le hizo fama de mufa, cuando esta mala fama se le hace caso omiso (no se le da importancia) crece a tal punto que hasta el momento de su muerto no volvió a conseguir trabajo.
Para pensar:
- Los sabios enseñan que cada vez que uno habla mal de otros, es como matar a tres personas.
- El chisme es como una avispa; si no puedes matarla al primer golpe, mejor que no te metas con ella. (Bernard Shaw)
Por eso los romanos decían res non verba, hechos no palabras (chismes)... si sabían los romanos de chismes en su teocracia política.
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